Sinopsis: El argumento de este capítulo se ha visto infinidad de veces: Bart, un niño problemático, hace un test de inteligencia, y un error cuando se corrige demuestra que sus incontables travesuras son provocadas (supuestamente) porque es muy listo para su entorno. Bart lo ve divertido al comienzo, y su padre empieza a pasar tiempo con él para intentar estimularle la inteligencia. Depués confiesa que no es superdotado, pero aún así intenta mantener la buena relación con su padre.
No sé como serían las cosas en aquel lejano 1989, pero yo este argumento lo he visto infinidad de veces en series de dudosa calidad. No es precisamente malo que no sea original, pero como espectador me veo muy defraudado cuando a los pocos minutos de metraje sabré lo que va a pasar y como.
Aún así, este segundo capítulo de la primera temporada es seguramente uno de los mejores de la primera hornada de Los Simpson. Hay momentos bastante graciosos, como la presión de la Srta. Carapapel a los alumnos a la hora de hacer el examen, la paranoia de Bart o el final, en el que se muestra por primera vez el maltrato de Homer hacia Bart, aunque no de la manera tan bestia de las siguientes temporadas, ya que tenemos que recordar que estos primeros capítulos son políticamente correctos.
Destacar algo que suele pasar en las producciones americanas: nos muestran como se supone que se debe comportar una persona de inteligencia normal/baja, y como se supone que se debe comportar una persona inteligente. Cuando Marge lleva a la familia a la ópera, se aburren y llaman la atención, mientras Martin y sus padres les miran mal, ya que se supone que ellos tienen más inteligencia y "saben" disfrutar de la ópera. Depués, Marge les quiere llevar a ver películas de "el sueco de los siete sellos", y acto seguido Homer y Bart se escabullen para jugar a pasarse la pelotita, ya que por alguna razón para los americanos que un padre y un hijo jueguen con una pelota de baseball significa que tienen una buena relación.
Este tipo de cosas siempre me ha repateado, ya que yo mismo soy seguidor del cine de Ingnar Begman (el sueco de los siete sellos, según Homer), y a su vez me gusta jugar con mis congéneres a pasarme la pelotita.
Dejando mis opiniones sociales a un lado, hay que decir que el capítulo no está mal, pero está muy lejos de ser transcendental.
Mejor frase: Tranquilos niños, este exámen no cuenta para nota, sólo es para determinar vuestro futuro estatus social. Si es que lo tenéis.
Mejor momento: La paranoia de Bart mientras hace el exámen.
Nota: 7'3/10
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