Sufrimiento, mucho sufrimiento. Eso, en esencia, es lo que transmite Lo imposible, el taquillazo español del año, y con toda seguridad, el gran ganador de los próximos Goya. Ha tenido todo tipo de críticas, desde su procedencia española hasta el poco parecido de los actores con las personas reales en las que se basa esta historia. No es la norma, pero por lo general, cuando muchos pseudo-críticos aparecen en FilmAffinity con este tipo de críticas, lo que quiere decir es que la película en realidad les ha gustado, pero su espíritu gafapasta-idiota-mierder-modernillo les impide hablar bien de la cinta en cuestión, por aquello de que dirán sus "seguidores".
Antes de empezar con la valoración, hay que tener una cosa clara: aunque Lo imposible es una película casi al 100% española, sus actores, su guión, su banda sonora, y sobre todo su despliegue de medios la convierten en una película típica de Hollywood, con todo lo que ello conlleva.
La cosa comienza muy típica, con una familia yendo de vacaciones a un paraíso tropical en Navidad, ya que el papi gana mucho dinero. La mami cuida mucho, el papi juega con lo niños, los dos hermanos pequeños son mu monos y el grande se porta mal al estar cerca de la adolescencia. Unas pocas escenas tipicuchas más, y ¡ala!, tsunami que cambia la película de golpe y porrazo.
A algunos les parecerá algo brusco la aparición del tsunami, pero lo cierto es que más acertado no había podido estar: la gente, ya sea los pobres nativos o los ricachones que estaban de vacaciones, no se esperaban ese mastodonte acuático arrasando con todo, literalmente. La película pasa a ser el típico drama familiar a una lucha por no morir repentinamente. Pero la escena de las olas solo dura unos minutos, la verdadera chicha de la película viene después.
Escenas de las olas, por cierto, rodadas en la Ciudad de la Luz de Alicante, con una espectacularidad sublime, de esas que nunca envejecerán, a la altura de grandes mastodontes de los efectos especiales como los son Blade Runner, El señor de los anillos o Titanic. Para mi sorpresa, el presupuesto de la película ha sido de 30 millones de euros, lo cual roza la superproducción en términos españoles, pero que a un americano le cuesta como mínimo 150 millones. Lo cual demuestra que otra cosa no, pero lo que es amortizar los presupuestos, los españoles lo hacen bien.
El resto de la película es una constante busqueda por parte de los integrantes de la familia, que se ha visto dividida tras el tsunami. Como bien es sabido, la historia está basada en una real, y según cuentan, de una manera bastante fiel. A excepción de algunos diálogos y algunas escenas un poco tramposas para meternos la tensión en el cuerpo, me ha sorprendido sobremanera lo humano del argumento, el cual está plagado de momentos realmente creíbles, muy al contrario de otras películas de desastres naturales. Algo tan simple como el hecho de no haber un malo le da una consistencia que se agradece.
Una cosa de la que se ha hablado mucho es de su reparto, capitaneado por dos mega-estrellas de Hollywood como lo son Evan McGregor (Star Wars, Big Fish, Transpotting) y Naomi Watts (King Kong, Promesas del Este, 21 Gramos, Mulholand Drive), estando los dos muy notables, como de costumbre. A destacar Naomi Watts, la cual se caracteriza por hacer papeles de mujer sufridora, y en esta ocasión se luce como no se había lucido desde Mulholland Drive, aunque sea un tipo de sufrimiento muy distinto.
A pesar de la aparición de estas dos estrellas, hay una actuación que sorprende sobremanera: la actuación del infante Tom Holland, que hasta el momento no había participado en ninguna producción especialmente importante. Teniendo en cuenta su edad y la cantidad de registros de la que tiene que hacer uso durante el metraje, hace una actuación digna de cualquier otro actor profesional con 30 años más de experiencia. Si continua participando en películas importantes y no se pasa al lado oscuro (Hale Joel Osment, te estoy mirando a ti) tiene un futuro muy esperanzador.
Para acabar con la valoración, debo destacar el único punto débil que le veo: es tal vez demasiado "aprieta-huevos" (ya sabéis, cuando una película es muy triste y muy tensa), incluso para tratarse de un tema tan sumamente triste como lo es el terrible tsumani que destrozó las costas asiáticas. Intentos de darse la mano que no llegan a producirse por escasos centímetros, momentos en los que crees que ha muerto gente que está vivita y coleando, música con tensión cuando no debería de haberla (aunque con una calidad soberbia), escenas donde se muestra en exceso el sufrimiento de la madre protagonista, frases películeras...
Conclusión: A pesar del último párrafo, es una película que recomiendo sobre todo por la humanidad que desprende, donde no hay buenos ni malos, solo ganas de vivir y el deseo de que todos vivan lo mejor posible. Pocas, muy pocas películas transmiten algo tan bonito como esto. Por ahora, la película del año. Sí, por encima de Batman.
La mejor escena: Justo antes de la operación de la madre, donde asimila todo lo que ha pasado y se debate entre la vida y la muerte.
Nota: 8'7/10
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