Lo reconozco, no he jugado a ninguno de los Baldur's Gate de PC desarrollados por Bioware. Ni a ningún RPG occidental anterior a Fallout 3, para ser más exactos. Lo sé, soy un indigno casualón de tres al cuarto que consiguió el título de jarcor güeimer en una rifa de pueblo, lo siento mucho, es algo que pretendo arreglar en algún momento de mi poco atareada existencia. Por ello, lo más cercano que he estado a esta famosa saga de rol han sido sus entregas de consola, y aunque soy consciente de que únicamente se parecen en nombre, menuda pedazo de saga.
La mecánica de Baldur's Gate: Dark Alliance se podría definir como una especie de Diablo para consolas, y no iría nada desencaminado. Vista isométrica, montones de armas que se generan aleatoriamente, decenas de enemigos a los que matar y un solo botón para acabar con ellos: el botón de atacar. Atacar sin parar, de eso va el asunto, nada de reflexiones morales, ni caminos alternativos.
Hoy en día no es muy recordado, y lo veo como una auténtica injusticia, ya que no creo exagerar si digo que fue el juego que definió el camino que seguirían el resto de Action-RPG occidentales de los siguientes años, incluso en PC. Esa forma de mover la cámara, ese motor gráfico, esa mecánica para atacar...
Sin ser un gran éxito de ventas, muchas otras compañías copiaron descaradamente su mecánica con jugos casi clavados: Champions of Norrath, Fallout: Brotherhood of Steel, The Bard's Tale, Dungeon Siege PSP... Por desgracia, ninguno de ellos llegó a su nivel, ni tan siquiera su secuela, lo que provocó el declive de estos "Diablo consolizados" cuando aterrizó la generación de PS3/XBOX 360. Espero que el lanzamiento de Diablo III en PS3 y PS4 revitalice este maravilloso sub-género, porque aquí tendrán a un cliente seguro.
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