miércoles, 3 de julio de 2013

Crítica literaria - 1984

 

Cada cual tiene su historia de cabecera. Hay gente romanticona que tiene a Titanic como la mejor historia nunca contada, hay tipos duros que tienen a las películas de A todo gas como filosofía de vida, y hay rebeldes deseosos de que el sistema se desmorone como yo, que tenemos a 1984 de George Orwell como historia de cabecera.

El argumento del libro, dicho de una manera rápida, trata de un mundo donde no hay crímenes, pero a costa de tener cámaras por todos lados. Y cuando digo por todos lados, digo que ni en la calle, ni en el campo, ni en tu casa, ni siquiera en el baño, te salvas de ser observado.
 

Y no solo eso, porque las cámaras están acompañadas de una pantalla, la cual actuaría como una especie de televisión, con la que difiere en que no puedes cambiar de canal. Y además, debes de prestar atención a absolutamente todo lo que nos muestra. Si dicen que tu país a ganado alguna guerra, debes alegrarte. Si te ordenan a hacer gimnasia, debes hacerlo.

Y lo peor aún no es eso. Si te pillan por un ligero momento dudando sobre tu gobierno, estás perdido. No sólo te matarán, sino que eliminaran cualquier evidencia sobre tu existencia. Y si alguien se atreve a recordarte, él también morirá.

Como podréis comprobar, es jodidamente exagerado. Y aunque dicho de la manera en la que lo he contado pueda parecer poco creíble, podéis estar seguros que acojona de lo real que es. El libro fue publicado en 1949, y sorprende lo que se parece hoy en día en los sistemas de gobierno de muchos países. Tal vez no en la violencia, pero si en el tema de la vigilancia.
 

Como ejemplo, en los países “desarrollados” la televisión cumple una función muy importante en moldear la personalidad de la persona. En Cuba, la figura de Fidel Castro en cierto modo es muy parecida a la del Gran Hermano (no confundir con el programa de televisión). En algunos países no aceptan a extranjeros. Y así puedo poner muchos ejemplos.

El libro no solo tiene de bueno la excelente explicación de la sociedad, sino que además tiene una narrativa bestial. Alguien como yo, que no suelo leer mucho, me lo leí en un solo día. Y son casi 300 páginas, lo que demuestra la enorme maestría en la escritura.

Y por último, pero no menos importante, mencionar la enorme complejidad de algunos capítulos. Notamos como el libro pasa de estar muy entretenido a desear poder leer más rápido para saber que pone en las siguientes páginas. No es el típico libro que te aburre, más bien todo lo contrario.
 

Conclusión: Te hace reflexionar, te hace sumergirte en un mundo excelentemente detallado, y además tiene un ritmo y una maestría sublime. El mejor libro que he leído nunca.

Nota: 9’99/10


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