Descubrí este cómic por casualidad, y si me llamó la atención por encima de otras obras que tengo pendientes por leer, fue por su atípica portada. Tras leerlo y analizar punto por punto sus virtudes, no acabo de entender que sea considerada una obra "menor" dentro de la trayectoria del murciélago.
La historia comienza con la búsqueda por parte de la policía de Gotham de un asesino en serie que mata a maltratadores infantiles. Cada muerte es más violenta que la anterior, y solo tienen una pista: todo apunta a que el asesino es Batman.
Aunque de primeras lo que más destaque sea el dibujo, no hay que menospreciar el guión de Archie Goodwin. Nos muestra un Batman mucho más oscuro, antisocial y letal, ya sea con las abruptas conversaciones que tiene con la "gente normal" cuando es Bruce Wayne o por lo extremadamente parco en palabras que es cuando lleva puesto el traje de murciélago. James Gordon también tiene su importancia en la trama, y sorprende (para bien) lo oscuro y antipático de su personaje, hasta el límite de que algunos lo considerarían un villano.
Aunque lo cierto es que en este cómic tanto Batman como Gordon no son más que unos espectadores, ya que en realidad no hacen nada, o más bien dicho, no pueden hacer nada. ¿Cómo ayudar a los niños maltratados, si ni tan siquiera los propios niños son conscientes de lo terrible su situación?
Y por supuesto, el dibujo. No querría que todos los cómics tuvieran este tipo de ilustraciones, pero cuando se trata de una historia tan profunda y oscura, no puedo hacer otra cosa que reverenciar al responsable de semejante majestuosidad, en este caso, Scott Hampton. Lástima que este ilustrador no sea más prolífico, sus trabajos son toda una delicia.
¿Tiene Batman: Gritos en la noche el mismo nivel que las obras más famosas del hombre murciélago? No. ¿Hay que leerla? Por supuesto.
Nota: 8'5/10
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