Lucifer está en la Tierra porque se ha cansado de la idea de vivir en el inframundo para toda la eternidad, y lleva un bar. Tiene la capacidad de hacer que la gente le diga todo lo que pide, pero al verse involucrado en un asesinato, conoce a una policía que no se ve afectada por sus poderes. ¿Conclusión? Lucifer se hace el compañero de la policía en cuestión. Que por supuesto, está buenísima.
Con esta breve introducción puede parecer que la serie es un producto cutre con desarrollo procedimental, con desesperada intención de arañar el éxito de "series de policías con compañeros raros" que se han puesto de moda gracias a Hannibal, The Blacklist o Blindspot. Claramente es así, y a pesar de ello, me ha sorprendido gratamente.
Tom Ellis, el actor que da vida a Lucifer, sabe aprovechar a la perfección ese caramelo de personaje que es el mismísimo diablo, con un carisma desbordante, mucha velocidad al hablar y una sonrisa socarrona. No es que sea el mejor actor que se podría haber contratado para este personaje (David Tennant hubiera sido ideal), pero sin duda hace una actuación notable.
El guión del piloto tampoco está nada mal, contando en muy pocas líneas de diálogo lo relacionado con el origen del protagonista y centrándose rápidamente en la trama principal. No es que tenga la complejidad de Breaking Bad, pero sin duda, teniendo en cuenta que su intención es entretener, hacen un gran trabajo.
He visto el episodio piloto como fan del cómic en el que se basa, sin ninguna esperanza de que me gustara, y para mi sorpresa, me ha llenado de hype. Eso sí, no esperéis que tenga algo que ver con la (maravillosa) obra de Neil Gaiman, el parecido está en el punto de partida y poco más.
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