Termino este repaso a las series que más me han gustado de 2015, y como ya hice una introducción bien chula en la parte I, ¿para qué esforzarme haciendo otra?
10. Hannibal
Aunque sufre del mal de "cancelada a última hora", lo cual afecta a su final, Hannibal no solo nos a regalado algunas de las escenas más impactantes del año, sino que incluso llega a mirar a El silencio de los corderos de tú a tú en algunos tramos. Aquí crítica.
9. Juego de tronos
En conjunto, diría que es la peor temporada de lo que lleva emitido y con la peor adaptación respecto a los libros (Dorne, menuda vergüenza), pero tiene algunas de las mejores escenas de toda la serie y sus tres últimos capítulos son magistrales.
8. Narcos
Los actores están sublimes, su mezcla ficción-documental tiene el punto perfecto, engancha de principio a fin y el trabajo de localización es una maravilla. ¿El problema? El final, ese maldito final, extremadamente abierto. Espero con ansia la siguiente temporada, pero porque me han dejado la sensación de que han cortado la primera por la mitad.
7. Galavant
Maravillosa. Parodia de las típicas películas de Disney con música de Alan Merken, el mismo que compuso La sirenita, Aladdin, La bella y la bestia o Pocahontas, entre otras. Más allá de lo notable de su música (menuda intro) y su humor montypintiano, sus personaje son tan carismáticos, que la elevan a la categoría de obligada de ver, más aún si tenemos en cuenta que solo son 8 capítulos de 20 minutos, ¡menos duración que una película larga!
6. Daredevil
Lejos de ofrecernos esa imagen del héroe invencible que Marvel tiene en el cine, Netflix nos regaló un tipo cabreado con el mundo que pega hostias como panes, pero también las recibe. Solo por el final del segundo capítulo se merece la entrada en la lista, pero lo que realmente le otorga la condición de casi obra maestra es Vincent D'Onofrio y su Wilson Fisk, sin duda el mejor villano que se ha visto este año. En este podcast desgrané bien a gusto la serie.
5. Better Call Saul
AMC la vendía como una precuela de Breaking Bad en tono comedia, y siendo el personaje de Saul su protagonista, no presagiaba nada bueno. Craso error el mío. No recordaba que las primeras temporadas de Breaking Bad tenían un humor negro muy fino, y aquí vuelve a ello, pero sin descuidar lo más mínimo a sus personajes y su desarrollo. Si continúa en esta línea, puede llegar a las cotas alcanzadas por la serie protagonizada por Walter White, ojocuidao.
4. Banshee
No será el colmo de la complejidad, pero Banshee es para las series de acción como los bocadillos de Nocilla a la merienda: otra jodida dimensión. Que fotografía, que montaje, que coreografías, que violencia, que personajes, que música. Solo diré una cosa: cámaras. Quien haya visto la serie sabe de lo que hablo. Que maravilla, joder. Aquí crítica.
3. Fargo
La primera temporada fue notable, toda una sorpresa seriéfila que le ganó todos los premios importantes a True Detective, ahí es nada. Por ello, esta segunda temporada lo tenía difícil para superar tales antecedentes, y ante la sorpresa de todos, le ha superado en prácticamente todo. Además, se complementa a la perfección con la filmografía de los hermanos Coen. Se me rompe el corazón al saber que tendré que esperar a 2017 para la tercera temporada.
2. The Leftovers
Ya comenté en su momento que la primera temporada era muy buena, pero se centraba en exceso a lo que podría pasar en la siguiente. Pues mis expectativas se han visto cumplidas. Se transladaron a otro lugar, metieron nuevos personajes y la primera escena es anterior a toda la civilización. Se han arriesgado muchísimo, y no les ha podido salir mejor, cada capítulo era mejor que el anterior, el hype era cada vez mayor y Justin Theroux demuestra una vez más que es uno de los actores con mejor forma de la actualidad. En un año normal se hubiera llevado el primer puesto de calle, si no fuera porque competía con...
1. Mr. Robot
Si que es cierto que las obras en las que clarísimamente se basa (El club de la lucha, Taxi Driver, American Psycho y V de Vendetta) influyen mucho en mi valoración personal, pero lo cierto es que tiene valor propio como para considerarla una serie a tener en cuenta. Además de que la realización de su director es una maravilla, el guión está inspiradísimo y se agradece una historia de crackers realista; lo que más destaca son los personajes de Elliot y Tyrell, todo un regalo que estoy segurísimo que se convertirán en referentes a la altura de Tyler Durden. Y digo todo esto yo, alguien que considera a El club de la lucha la mayor obra de arte creada por el ser humano.
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