miércoles, 22 de marzo de 2017

Crítica seriéfila - Iron fist


Justo antes de su estreno, Iron Fist copaba los titulares como "la primera serie de Marvel y Netflix que decepcionaba", pero ahora, unos días después, comienza a ser defendida por la gente que la ha podido ver entera. Este curioso fenómeno indica dos cosas: la primera es que hay gente a la  que le encanta ir de "grandes críticos" poniendo a parir el trabajo de otros, y la segunda es que Iron Fist no es de esas series que puedas apreciar con un solo capítulo, debes verla entera para apreciar todo lo que te ofrece.

A pesar de contar con las etiquetas de "superhéroes" y "artes marciales" en su ficha técnica, creo que hay algo que no se le puede discutir, y ese es probablemente el gran problema que ha tenido con la crítica: pretensión. Vemos como el protagonista arrastra varios traumas, sabemos que los secundarios esconden secretos, sabemos que hay algo que los propios guionistas no nos cuentan. Y a pesar de su torpeza inicial y ciertos momentos un poco ridículos(sobre todo eso de ir por Nueva York con una katana en la espalda y que a nadie le parezca raro), es innegable que el trabajo de guión es bueno, y va de menos a más.

Y ojo, no es un gran trabajo de guión en lo referente a "que gran mitología me estás mostrando", más bien todo lo contrario. Sabemos que el protagonista ha pasado 15 años en un monasterio, pero apenas hay menciones, no hablemos ya de verlo en un flashback. Prefieren hacer uso de "te cuento poco y ya lo rellenas en tu cabeza", en lugar del manido "a mitad de temporada haremos un capítulo que cuente en detalle lo ocurrido". Aunque no me parezca un mal recurso narrativo el dedicar un capítulo al pasado del protagonista, le sienta de perlas el tono misterioso que le han dado, más aún si tenemos en cuenta que ni el propio protagonista sabe con seguridad la capacidad de sus poderes.


Por desgracia, lo referente a las escenas de acción no brilla tanto que debiera brillar. No son malas, ni mucho menos, pero pecan de tener un montaje excesivamente frenético, con continuos cambios de plano que no nos dejan disfrutar las coreografías, que por otro lado, son realmente buenas. Donde si destaca es en el uso tan brutal y realista de la violencia: hay huesos rotos, muertes horribles, sangre y gritos del más absoluto dolor. Por ello mismo, prefiero los momentos en los que hay un mayor protagonismo de las espadas.

En lo referente al reparto tengo sentimientos encontrados. Los secundarios hacen un gran trabajo, en especial Jessica Henwick, David Wenham y Tom Pelphrey, pero Finn Jones no me ha terminado de convencer como protagonista. Y eso que es solvente tanto en las escenas dramáticas como en las de acción pura y dura, pero le falta un algo como para que me llegue a gustar. Tampoco ayuda que su personaje sea con diferencia el más idiota de toda la serie. Si hay algo de lo que se puede criticar a esta serie, es de tener unos secundarios mucho más interesantes que el protagonista.

Iron Fist define lo que debe ser una serie de Netflix: personajes trabajados, con un crecimiento fraguándose a fuego lento para que estés ansioso de devorar el siguiente capítulo. Queda lejos de ser una gran serie, se aleja de la calidad vista en Daredevil e incluso Jessica Jones, pero al menos puede presumir de ir acrecentando su interés a medida que avanza.

Nota: 7/10


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