Los mediados del siglo XX debieron de ser aterradores para los intelectuales de la época. O más bien dicho, para los intelectuales pacíficos de la época. Dejando a un lado las millones de muertes de las 2 guerras mundiales que se llevaron a cabo, hay otro tema aterrador que aún sigue vigente en nuestros días: los gobiernos totalitarios y autoritarios. Aquellos que obligan al individuo como debe ser y que debe de hacer, con pena de cárcel o incluso de muerte en caso de desobedecer.
Mussolini, Hitler, Stalin, Kim Jong-il, Mao Zedong... todos conocemos sus nombres, y todos sabemos lo que hicieron. Se suele decir que gracias a los registros de los libros de historia no se repiten los errores del pasado, pero por desgracia no es así. Podemos ver como en 1984, novela publicada en 1949, pasaban cosas que pasan en la actualidad. Precisamente el mismo autor de 1984, George Orwell, es el mismo de la obra que ahora nos ocupa: Rebelión en la granja.
Rebelión en la granja cuenta lo siguiente: unos animales de granja se rebelan a los humanos gracias al gran discurso de libertad y revolución que hace el cerdo más sabio de la granja poco antes de morir. Una vez los animales consiguen su revolución, los dos cerdos más listos de la granja consiguen el poder, siendo los que organizan al resto de animales para que la granja sea lo más productiva posible y tengan una vida más apacible. Pero de repente, uno de los cerdos consigue el poder, y poco más puedo contar si no quiero destripar demasiado.
Aunque en apariencia no lo parezca, esta historia es una sátira a la historia de la Unión Soviética, solo que cambiando a los humanos por animales y a los países por granjas. No soy un gran experto en historia, pero debo decir que gracias a éste libro he aprendido un montón, y de una forma mucho más entretenida que si lo hubiera leído de un libro de historia convencional.
Uno de los grandes aciertos de la novela reside en la utilización de los animales para simbolizar tipos de personas: las ovejas son las personas mansas de la masa, los caballos son los tipos fuertes y leales, los cerdos son la clase política, los burros son los intelectuales que prefieren estar al margen, las gallinas son las madres trabajadoras...
Otro de los grandes aciertos, tal vez el mejor, es la capacidad de George Orwell para contar una historia tan llena de matices y tan llena de personajes en tan pocas páginas, sabiendo resumir y acortar la narrativa para que se haga ágil y entretenida. Por su corta duración (112 páginas) recomiendo encarecidamente leerla del tirón.
Antes de acabar, quisiera destacar la versión que he tenido la fortuna de leer: la versión ilustrada por Ralph Stead. Unos dibujos crudos, violentos y llenos de fuerza que ilustran la crítica de este cutre-blog. Yo he tenido la suerte de encontrarlo en la biblioteca, pero si se busca en tiendas se puede conseguir por poco más de 25€, un precio más que razonable teniendo en cuenta la calidad de la edición y que los fantásticos dibujos tienen una calidad de impresión más que digna.
Aunque de George Orwell únicamente he leído 1984 y la obra que nos ocupa, me queda claro que se trata de un gran escritor con una inteligencia sobrehumana. Hay quien dice que lo único que hacía era quejarse, y puede que sea verdad, pero no hay duda de que se quejaba con una gran capacidad de argumentación.
Nota: 9'4/10
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