Read Dead Redeption, Gun, Sunset Riders, Call of Juarez, Red Dead Revolver... los vaqueros no han sido una gran fuente de inspiración en la historia de los videojuegos por lo general, pero nos ha dado grandes videojuegos, todos ellos muy divertidos. En todos ellos encarnábamos a vaqueros con ganas de mandanga, pegando tiros a diestro y siniestro.
Si hay algo común en este tipo de historias, sobre todo en las películas, son los duelos: esas miradas, esa tensión, ese silencio previo, esa sensación de no tener ni idea quien de los dos ganará... puede que por ver tantas películas la mayoría de la gente no lo sepa, pero en los duelos de vaqueros era común que la mayoría de balas no impactara en ninguno de los duelistas, ya que factores como la cadencia de disparo o la rapidez con la que se desenfunda el arma son cruciales para ganar un duelo.
Hoy os traigo un juego que retrata esos duelos a la perfección: GunBlood. El control es sumamente sencillo: mantienes el cursor del ratón en la cartuchera, esperas la cuenta atrás, y cuando llegue a cero desdenfundas y disparas tu revólver lo más rápidamente posible.
El control es extremadamente sencillo, pero aún así esconde muchos más secretos de lo que parece. Por ejemplo, si disparamos a las piernas le quitaremos poca vida a nuestro rival, pero se desplomará al suelo, dándonos unos instantes de ventaja. Podemos intentar matarlo de un solo disparo a la cabeza, pero si tardamos mucho en apuntar nuestro rival puede hacer de nuestro torso un colador. Incluso cabe la posiblidad de apuntar mal a al cabeza y ver como se vuela el sombrero del rival.
No tiene música, los latidos del corazón y los disparos son lo único que necesitas oir. Es un buen
detalle eso de oír los latidos del corazón antes de los
tiroteos. El sonido de los sesos cayendo en el suelo es bastante
característico, mola acabar de disparar, oír caer los trocitos de
cerebro y un instante de silencio; le da un toque muy épico a los
tiroteos. De hecho, el tiroteo no queda oficialmente acabado hasta que no caen los pedacitos de seso esparcidos por el suelo.
No está hecho para dedicarle una grotesca cantidad horas. No tiene un argumento complejo de medio centenar de hojas. No tiene miles de líneas de diálogo. No tiene caminos alternativos que refuercen su rejugabilidad. Es como debe ser un videojuego, entretenido y desafiante.
Nota: 9/10
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