viernes, 15 de septiembre de 2017

Top 12 - Las mejores películas de David Lynch


David Lynch es EL DIRECTOR raro oficial de Hollywood. Pero al contrario de otros, donde siempre el cineasta "oficial" de alguna rama en realidad no lo es, en esta ocasión se cumple a rajatabla, más que nada, porque le han salido imitadores hasta debajo de las piedras, y ninguno ha llegado nunca a su nivel. Y muy pocos han conseguido el gran logro de Lynch: ser enigmático y divertido a la vez.

Como no puede ser de otra manera, su carrera ha estado muy lejos de ser convencional. Empezó con lo típico: un proyecto pequeño y autofinanciado que le dio cierto nombre y luego hizo un par de películas de estudio. Pero lejos de estancarse, buscó y luchó por la idenpendencia creativa, siendo por ello sus siguientes obras más baratas, pero infinitamente únicas.

Por desgracia, así es Hollywood. Tienen a un director único, pero han tenido que pasar más de 10 años para que vuelva a rodar, y ha sido con un revival de Twin Peaks, tal vez su único éxito comercial.

Por ello, en esta ocasión, aunque el top se llame "Las mejores películas de David Lynch", me voy a permitir hacer una ligera trampa e incluir las dos etapas de Twin Peaks en la lista. No dejan de ser obras profundamente personales, y un punto y aparte en su carrera. Sin más dilación, vamos con la lista.


12. Dune


Sin duda, su película más fallida. No acabo de comprender el por qué de este traspiés, pues en Dune vemos fallos que para nada se ven en el resto de su cine. Hay mucho plano que solo está para mostrar lo caros que son los decorados (comprensible) y el ritmo es excesivamente lento, pero si hay algo que no me gusta nada, es lo sobreexplicativa que es la narración con las voces en off.

Luego se sabría que Lynch no disfrutó trabajar en esta película, y casi se podría decir que todo su cine posterior, sin dar apenas explicaciones de lo que pasa, es en gran parte deudor de su mala experiencia con Dune.


11. Corazón salvaje


A pesar de que Dune no me acabe de gustar, con Corazón salvaje ya entramos en las películas que me gustan mucho, y estamos hablando de la segunda que menos me gusta de su director, una clara muestra de su calidad.

Con esta película David Lynch tal vez no haga su obra más original, pues no deja de ser la enésima reinterpretación de Romeo y Julieta en las carreteras americanas. Como no puede ser de otra forma, lo atrayente de la propuesta no es el punto de partida, si no como lo cuenta. Desde el personaje de Willem Defoe (como olvidar sus dientes), la particular banda sonora o su violencia no explícita pero presente en todo momento.

No será la obra más inspirada, mejor escrita ni mejor dirigida de Lynch, pero sin duda es una gran película.


10. INLAND EMPIRE


Puro Lynch sin cortar. Aunque esta frase se podría usar para prácticamente todos sus trabajos, ninguno llega a ser tan extremo, exigente y perturbador como INLAND EMPIRE, empezando por su insistencia de que su título esté escrito con todas las letras en mayúsculas. Se trata de la última película que rodó, pues la industria ya no tenía hueco para un cineasta de sus características, y es una pena.

Se le puede achacar que sea demasiada larga, pero prefiero mil veces una película como esta, difícil y agotadora, a otro producto mainstream que busca público desesperadamente. Irónicamente, INLAND EMPIRE fue muy importante a nivel técnico, pues fue de las primeras películas de un autor conocido rodada íntegramente en digital, pero también resultó la muerte del cine de autor tal y como lo conocíamos.


9. Terciopelo azul


Decir que Terciopelo azul es perturbadora sería repetirme, pues casi todas las películas aquí reseñadas lo son. Pero a diferencia de las demás, Terciopelo azul trata sobre como las perversiones nos hacen ser como somos, y como aquellos que se dejan llevar por ellas acaban mal, muy mal.

A destacar que esta fue la primera obra de su filmografía con un uso de colores primario, con música de Angelo Badalamenti y llena de escenas de extrema violencia. Lo que ahora conocemos como una película de David Lynch pura y dura, vaya.


8. Twin Peaks: Fuego camina conmigo


Sin duda, es la película de David Lynch con peores críticas, y lo veo muy injusto. Vale, es posible que como "capítulo perdido" de la Twin Peaks pueda ser algo decepcionante, ya que Cooper apenas sale y es una precuela, por lo que conoces el final. Pero si hay algo que hace excelentemente, es ampliar la mitología de la serie, hasta el punto de que su tercera temporada se basa en gran parte en lo presentado aquí.

Es más, diré que incluso como película independiente funciona, ya que no deja de ser la historia de una chica drogadicta y autodestructiva con gran música, gran fotografía y gran dirección.


7. El hombre elefante


Después de Dune, la película más fuera de estilo de su director, pero al contrario que la cinta de ciencia ficción, aquí le sale bien. A pesar de que el relato de base sea muy dramático, Lynch logra darle un tono emotivo y esperanzador, algo que se ha visto muy poco en trabajos posteriores, pero que borda en esta ocasión.


6. Cabeza borradora


Su primera película, y la verdad, no creo exagerar diciendo que es una de las mejores óperas primas que he visto. Aunque tiene algún que otro fallito, es de elogiar lo bien planeado, montado y estructurado que está todo.

Cabeza borradora tal vez sea su film más extremo a nivel conceptual, pues trata temas tan sórdidos como lo son la pérdida de la inocencia, la irresponsabilidad paternal o el adulterio, pero siempre con imágenes tan perturbadoras como ese bebé o la cantante a la que le llueve esperma.


5. Twin Peaks


Las dos primeras temporadas de Twin Peaks tienen lo que no me gusta de las series de aquella época (capítulos autoconclusivos y relleno), pero a pesar de ello, me sigue pareciendo una auténtica maravilla. Esos personajes tan carismáticos, esas tramas que poco a poco van cogiendo forma, ese misterio permanente que es el pueblo... Si, es cierto, la mitad de su segunda temporada flojea, pero solo por ver el magnífico último capítulo de la segunda temporada, vale la pena ponerse a ver esta serie; que además, es historia de la televisión. No es casualidad que hoy en día casi todas las series se parezcan a Twin Peaks.


4. Una historia verdadera


Una de sus obras más olvidadas, seguramente por ser la más accesible, o por el hecho de que Disney la produjera. Sea como sea, el hecho de que sea accesible no le resta virtudes: la fotografía es fantástica, el guión es un in-crescendo continuo y el protagonista tiene mucho gancho. Tal vez carece de la ambición del resto de su filmografía, pero a pesar de ello, sigue siendo una gran película.


3. Twin Peaks II


La segunda etapa de Twin Peaks, la tercera temporada; y posiblemente, el último trabajo de Lynch. Lejos de ser complaciente con los espectadores que recuerdan con nostalgia a Twin Peaks por sus pintorescos personajes, nuestro amigo David hace lo que mejor sabe hacer: ser rompedor. Coge tus expectativas de lo que puedes ver, lo retuerce, lo parte en trocitos y le tira una bomba atómica encima.

Twin Peaks II es una gran serie porque no me ha tenido esperando semana a semana para averiguar lo que pasa al capítulo siguiente. Me ha tenido ansioso por un nuevo capítulo porque sabía que iba a ver lo que David Lynch quería hacer, no lo que los productores y publicistas le recomendaban para tener más audiencia. Por lo tanto, he visto como ha usado referencias vistas en otras de sus películas, he visto largos silencios para acrecentar la tensión y la magnífica evolución de personajes.

David Lynch ha hecho algo digno de reconocimiento. Ha hecho historia en las series de televisión, dos veces, con la misma serie. Se dice rápido, pero no creo que nadie pueda igualarle.


2. Carretera perdida


Si hay un tipo de cine que muchos directores indie han intentado copiar e imitar hasta la saciedad ha sido el que Lynch mostró en las dos películas que coronan los dos primeros puestos de esta lista. Tampoco es que inventase nada, pues no deja de ser una evolución de lo que ya hacía, pero se podría decir que Lynch ha hecho las dos obras cumbres del cine de terror psicológico.

¿Cuál era su secreto? Simple: prescindir de los elementos típicos del cine de terror. Ni monstruos infernales, ni mala iluminación, ni música estridente, ni sustos fáciles. Solo coge elementos típicos de la vida diaria, como un teléfono o una cámara de vídeo, y les dá el peor uso que se les puede dar. Desde luego, el reto que se auto-impuso era grande, pero dio como resultado una obra maestra.


1. Mulholland Drive


Aunque puestos a hablar de obras maestras, sin duda, su obra más redonda es Mulholand Drive. Con una estructura similar a Carretera perdida pero sin repetir conceptos, sabe hacer una película compleja y misteriosa sin caer en la confusión o en el aburrimiento. Mete humor cuando lo tiene que meter, la música está pretendidamente mal encajada y el in-crescendo sexual no es nada gratuito.

Como una simple muestra de como Mulholland Drive es una película especial, cabe decir que estuvo nominada a mejor dirección en los Oscar sin tener ninguna otra nominación, algo que hasta donde yo sé, solo se ha dado en una ocasión en toda la historia de esos premios.

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