sábado, 30 de marzo de 2013

Top 15 - Los mejores finales de los videojuegos


En una jugada maestra para captar nuestra atención, los Guiness hizo una lista de los considerados “los mejores finales de la historia de los videojuegos”, y tuvo como polémico ganador al archiconocido Call of Duty: Black Ops.

Como no podía ser de otra forma ante una lista como esta, y más con dicho ganador, la comunidad videojueguera maldijo tanto a los organizadores de la lista como a los votantes, siendo los adjetivos más usados “incultos”, “canis”, “adolescentes sin cerebro” y “niños rata”; e ipso facto florecieron los nombres de los videojuegos que supuestamente deberían de haber aparecido y cuáles no se merecen su posición en dicha lista.

No estoy aquí para hablar sobre la lista, pues ya se ha escrito mucho sobre ello, estoy aquí para hacer mi propia lista, como debe de ser: como me salga a mí de los cojo**s. Tal vez algunos estén de acuerdo con mi lista, y otros (la mayoría) dirán que la lista de los Guiness es una maravilla comparada con la mía. 

Aunque tendré en cuenta la calidad jugable del final de cada juego, voy a darle mucha más importancia a la parte argumental, ya que es la que más se marca en mi corazoncito. Y como no puede ser de otra forma, la lista está plagada de Spoilers, avisados quedáis.


15. Canis Canem Edit


Este juego tiene un carisma tan bestial, que hace que aunque estés pegando hostias cada dos por tres, “te salga mal”, ya que todos te caen bien. Todos menos uno: el maldito cabrón al que machacas al final del argumento, con momentos y música épica incluida.

14. Onimusha: Dawn of Dreams


Este juego tampoco es que sea ningún portento argumental, por lo general no son más que un cúmulo de excusas para que te muevas de un lado a otro pegando hostias, pero el final es bien bonito: nos enseña un final argumental para cada personaje, con su respectivo combate final, bien emotivo y espectacular.

A eso le añadimos uno de los combates más espectaculares de toda la historia de la Playstation 2 (lo cual es mucho decir), muertes de personajes tontos pero añorables, los increíbles escenarios del nivel final y el sorpresón de ver un Samanosuke viejo, y tenemos uno de mis finales favoritos.


13. Devil May Cry 3


Tampoco es nada del otro mundo, es algo tan sencillo y típico como el bueno gana y el malo pierde, pero hay dos cosas espectaculares: el nivel del Nirvana, una auténtica obra maestra del arte, y la frase siguiente:
(Lady): - ¿Estás llorando?
(Dante): - No, es la lluvia. (Se pone a llover)

Justo después de esta escena vienen los créditos, que en lugar de ser una aburrida sucesión de letras, es una parte jugable en la que te debes de cargar la absurda cantidad de 100 enemigos al ritmo de “Devil’s Never Cry”, mi canción favorita del juego. Maravilloso.


12. Dirge of Cerberus


Uno de los juegos más absurdamente infravalorados de la historia, según mi parecer. Se le comparaba con Devil May Cry, cuando lo único que tenía en común con dicho juego era que el protagonista lucía ropa negra y roja. También se decía que la banda sonora era una mierda al no estar Nobuo Uematsu a la batuta. Y se quedaban tan anchos.

Aún así, tampoco es ninguna maravilla, es más bien un juego decente con detalles de brillantez. Y la cosa está en que esos detalles de brillantez están todos apelotonados en las últimas horas de juego, teniendo sin exagerar algunos de los mejores enfrentamientos de la historia del videojuego. Y tan tranquilo me quedo diciendo esto.


11. The world Ends With you


Uno de los 5 mejores videojuegos de la historia no podía fallar, básicamente porque sus mejores momentos argumentales están al final. Lástima que el jefe final sea tan absurdamente fuerte, porque si no estaría el primero sin ningún género de dudas.

10. Brutal Legend 



9. Assassin’s creed: La hermandad


Revelaciones por doquier, venganzas, escenarios con una paleta de colores que ni DaVinci, artefactos destructores, ciencia ficción, espectáculo a raudales, misterio…. Lástima que el final sea excesivamente abierto, sino estaría más arriba.

8. Metal Gear Solid 3


Si lo sé, debería estar el primero, y merezco una atroz muerte lenta y dolorosa. Pero qué queréis que os diga, a mí estos finales tan de “lágrima fácil” no me suelen gustar. Este consiguió hacer que casi llore, por lo que se merece de sobra su posición.

Pero eso sí, siempre lo diré: por muy épicas que sean las acciones de The Boss, su sacrificio no me parece un final digno para una persona así, y mucho menos si lo hace para proteger a su país. 


7. Final Fantasy VII


La canción de Sephiroth es una jodida maravilla que un adolescente hormonado como lo era en el momento que presencié dicha batalla me marcó para siempre. La música del juego era enteramente MIDI, para pasar a esta maravilla en cuestión de segundos. Siempre he mantenido la teoría que Squeresoft lo hizo así a posta para que el impacto del jugador fuera mayor.

Y por cierto, a mi me gusta el final original, en el que los humanos desparecían para dejar paso a la raza de Nanaki. La película ya es un fallo argumental solo por el hecho de mantener vivos a los protagonistas humanos.


6. Assassin’s creed


El juego es una mierda muy espectacular, ya que al principio dices: “uy, que güay”, pero a las 2 horas te dices: “que jodido aburrimiento”.

Lo que engancha (y mucho) es su argumento, la mejor reflexión nihilista, capitalista y monárquica de toda la historia de los videojuegos. Estas todo casi todo el juego pensando que a pesar de estar matando a gente, tus acciones son correctas, aunque te hueles algo raro durante todo momento. Pero al final, en una progresión de Altaïr ejemplar, te das cuenta que el cabrón lo has sido tú todo el juego, pero aún estás a tiempo de hacer algo para arreglarlo todo. Una lástima la mierda de jugabilidad, sería una obra maestra de los videojuegos.


5. Prince of Persia: Las arenas del tiempo


Más que niveles finales o grandes argumentos, lo que me gusta es el comportamiento del príncipe al ver a su amada muerta, justo en el momento en el que le iba a proponer pasase el resto de su vida con ella: no insulta, no grita, no dice nada. Solo una mirada a los monstruos que han cometido el asesinato ya hace que nuestras ansias de venganza sean tales que les damos la mayor paliza que hemos podido dar en toda nuestra vida videojueguil.

Al final, decide volver en el tiempo para que su amada y el resto de gente que ha muerto (que era mucha) vuelvan a la vida, y después de un combate final un poco cutre, decide dejarlo todo como está por el bien común, no sin antes meterle mano a la doncella aprovechando su poder temporal. Magistral.

4. Portal 


3. God of war


Kratos se pelea contra su peor enemigo: él mismo, ya él mismo es el culpable de sus pesadillas, y para proteger a lo que más ama lo hace de la forma más humana posible: dándole un abrazo. A pesar de pelear con todas sus fuerzas, lo acaba perdiendo, y por ello decide suicidarse, pero los dioses, después de haberle engañado todo el tiempo, le tienen preparado algo con lo que podría redimirse: ser el nuevo dios de la guerra, siendo de esa manera el responsable de todas las guerras de los hombres.

Con un final tan majestuoso, solo puedo decir una cosa: puta mierda de secuelas y su puta mierda de argumento sin sentido. Espectaculares, sí, pero tocar un final tan jodidamente épico como el de God of War debería estar penado por la ley.


2. Final Fantasy VII: Crisis core


Ves la vida de Zack acabándose, y por ello recordando los mejores momentos de su vida, sintiendo la agradable sensación de que ha aprovechado plenamente su vida.

Como buen fan de Final Fantasy VII, me sabía al dedillo lo que iba a pasar al final del juego, y aún así mi corazón sintió algo al ver como Zack coge la mano a Angeal al morir. Nunca una muerte había sido tan preciosa, y eso solo se consigue haciendo un personaje a la altura.

1. Assassin’s creed II


Lo sé, lo sé, merezco morir por golpes de picos de mesa. Pero me da igual. Sin dudarlo, la razón por la que Ezio lleva capucha es para que no se le viera la cara, ya que no hay tecnología a día de hoy para definir la cara de alguien que presencia tamaño espectáculo.

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