martes, 11 de agosto de 2015

Crítica seriéfila - True Detective (2ª temporada)


Es justo y a la vez es injusto comparar esta segunda temporada de True Detective con la primera. Nació como miniserie autoconclusiva, pero su descomunal éxito tanto de crítica como de público animó a HBO a producir una segunda temporada, aunque ésta no se desarrollaría en el mismo lugar ni compartiría personajes. Dicho de otra forma: sería otro rollo. Por ello, no es justo comparar ambas temporadas. Pero también es cierto que comparten nombre, y yo, como espectador, espero que algo con el mismo nombre conserve el mismo ritmo, los mismos diálogos y la misma forma de filmar.

La principal diferencia que hay respecto a su predecesora es en lo convencional que resulta en todos sus apartados. No es que la primera temporada inventara nada, pero tenía un tipo de narración cinematográfica nada convencional en la televisión, además del personaje de Rust, algo absolutamente contrario al 99% de protagonistas que hemos visto en cualquier medio de ficción.


Lo convencional no tiene que ser algo negativo per se, pero en este caso resulta una carga, ya que se nota que han querido abarcar una gran cantidad de espectadores. ¿Quieren que los protagonistas estén muy bien construidos? Que suelten monólogos cada dos por tres, aunque ya lleven su 6º chupito de vodka. ¿Quieren que la atmósfera sea opresora? Música siniestra a cascoporro y miradas al infinito. ¿Quieren ser super transcendentales? Que todos los putos actores, hasta el extra #4 de la 5ª escena, pongan una cara de intensitos que dé la sensación de que están apunto de cagarse encima.

El gran problema que ha habido, aunque como he dicho antes, esta calificación es injusta, ha sido la primera temporada. No por la comparación, sino porque han intentadado repetir desesperadamente sus aciertos.


Esa atmósfera enfermiza y malrollera de Louisiana no le queda nada bien a la industrial Los Ángeles. Esas miradas al infinito no sirven de otra cosa más allá de aburrir. Ese argumento absurdamente enrevesado no hace otra cosa que desviar la atención. Rust era un pesonaje genial, pero aquí hay 4 putos clones suyos.

Y a pesar de todo, me ha gustado. Los actores, a excepción de Taylor Kitsch, están muy bien, técnicamente roza la excelencia, la intro es maravillosa y sobre todo, las escenas de acción están magníficamente rodadas, en especial la del final del 4º capítulo.

¿Hubiera sido esta 2ª temporada de True Detective tan criticada de no haber existido la primera? Posiblemente. Pero tampoco se le escapa a nadie que la 1ª es una visión absolutamente obligatoria, y esta 2ª no pasa de estar recomendada. Una pena, esperemos que la (supuesta) 3ª temporada siga su propio camino.

Nota: 7/10


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