Como ya dejé claro con el anterior puesto, las distopías me encantan, y Final Fantasy XIII tiene una de las mejores demostraciones de distopías videojueguiles que he podido echarme a la cara. La explicación de su sociedad ultra-controlada, las repercusiones en el comportamiento de sus habitantes, la excelente introducción de la magia en un mundo tan tecnológico, el desarrollo de los acontecimientos, las razones por las que nuestros protagonistas son especiales respecto a los demás...
No todo es perfecto, ya que algunos personajes son un tanto repelentes, en especial Hope. Odio a Hope. Está metido con calzador, no me gustan sus habilidades, estéticamente tampoco me gusta y sus momentos de protagonismo no aportan nada a la historia. Lo odio tanto, que los otros personajes repelentes como Vanille y Snow no me lo parecen tanto en comparación. Pero ojo, que el resto de personajes si que mola, en especial Lighting, tal vez el mejor personaje femenino de la saga tras Terra.
Su sistema de combate es realmente fantástico: rápido, sencillo de manejar, con multitud de estrategias y si nos limitamos a pulsar una y otra vez el botón de acción morderemos el polvo ante casi cualquier enemigo. Además, es mucho más dinámico que la mayoría de JRPG del mercado, ya que requiere pulsar una gran cantidad de botones (incluidos los gatillos), haciéndolo mucho más parecido a una hack and slash que a un JRPG en este aspecto, algo que se agradece tras décadas de género prácticamente inalterable.
