Recreativos. Los
afortunados que hemos vivido esa maravillosa época sabemos de la
magia que desprendían esos mágicos locales. Desgraciadamente, una
de las cosas que la nueva generación de videojugadores está
olvidando es la dificultad de un videojuego, donde debías aprenderte
de memoria complicadas combinaciones de botones para no morder el
polvo al minuto uno. Ese era el pan de cada día en las recreativas,
donde debías ser todo un experto para aprovechar al máximo la
moneda que te has gastado.