Desde que llevo en esto de los blogs, puede que éste sea el año que menos haya jugado, tanto a videojuegos modernos como a videojuegos en general. Pero bueno, ya que se da la casualidad de que 10 es el número de videojuegos los que he tenido el placer (o no) de disfrutar (o no), allá voy con el ya tradicional top de lo mejor que he podido jugar a lo largo del año.
Y que diablos, son un jodido obseso de este tipo de listas, si no la hago reviento.
Plataformas sencillito y con algunos errores de programación con claras influencias del genial LIMBO que no le llega ni a la altura de las rodillas.
9. Vector (crítica)
La idea de mezclar Canabalt con Mirror's Edge es buena, pero es tal vez demasiado simple, incluso para un juego de móvil. Por no hablar del jodido taladro que es su banda sonora.
8. Terra Battle
Una mezcla entre JRPG y puzle para móviles que sabe captar a la perfección la esencia de juego portátil, todo ello acompañado con una banda sonora correcta y un diseño artístico sensacional. Es un poco simple, pero se supone que va a ir mejorando a medida que sea descargado, por lo que lo mantendré en el punto de mira.
7. Freedom Fall (crítica)
Plataformas correcto, bonito de ver y oír, original y dura lo justo para que no se haga cansino. No será ninguna maravilla, pero lo recomiendo.
6. Magic 2015: Duel of Planetwalkers (crítica)
Me da pena, ya que un juego de Magic BIEN hecho podría llegar a ser la bomba, pero por desgracia, estas entregas anuales a lo juego deportivo tienen mucho margen de mejora. Si bien es cierto que esta versión 2015 ha mejorado sustancialmente respecto a la anterior, conociendo como conozco el juego físico, podría llegar a ser bastante mejor.
5. Borderlands: The Pre-Sequel (crítica)
Juegarraco que me tuvo enganchado durante horas, si no lo pongo en el primer puesto es básicamente porque se limita a calcar lo que hizo grande de Borderlands 2, pero haciéndolo todo más "pequeño" y le añadiéndole las novedades justas.
4. Hearthstone (crítica)
Según Raptr, llevo 205 horas. Le falta muchas actualizaciones para llegar a ser un gran título, pero es indudable que logra enganchar como pocas veces he visto en un videojuego.
Sin ningún tipo de duda, el juego más precioso del año. Ya no solo por su apartado visual, si no también por esa fantabulosa narrativa en verso y ese ambiente de cuento. Le hubiera venido bien un poco más de profundidad, pero al no ser demasiado largo tampoco se hecha muy en falta.
2. Gods Will Be Watching (crítica)
Minimalismo en su mejor versión. Unos pocos puzles, pixeles como puños y una historia muy consciente del medio en el que se cuenta. Si no entra en el primer puesto, es básicamente porque la competencia es muy dura.
1. Transistor (crítica)
Transistor me ha maravillado. Único, complejo, desafiante, precioso, encantador... todo tipo de adjetivos buenos se le quedan cortos. Es difícil de saber ahora mismo, pero con toda seguridad, Transistor se convertirá en uno de mis juegos predilectos en más de un apartado, entre ellos, el de mejor videojuego de todos los tiempos. Genial, maravillosamente genial.
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