miércoles, 26 de marzo de 2014

Crítica literaria - La bella y la Bestia


La bella y la Bestia, como tantísimos cuentos clásicos occidentales, no tiene un origen definido. Según dicen los expertos, se remontan a la época de la antigua Grecia. Fue la versión de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, publicada en 1770, la que se hizo popular entre la muchachada, y con el paso de los años, en la multitud de adaptaciones cinematográficas (películas como King Kong o El fantasma de la ópera se basan en el relato).

El cuento se lee un instante: no tiene más de 10 páginas, por ello me costó tantísimo encontrarlo en bibliotecas. Por ello, hay que tener en cuenta que el desarrollo de personajes es prácticamente inexistente, y lo que se debe de criticar es su lenguaje y su forma de expresar la moraleja de que la belleza está en el interior.


En ese aspecto, a pesar de que me habré visto la adaptación de Disney unas 100 veces, me ha sorprendido para bien. Las palabras que usa son comunes, pero no por ello su lectura es simple, consiguiendo de esa manera el equilibrio perfecto para que se requiera tener algo de cerebro pero sin tener que calentarse la cabeza demasiado. La moraleja también está bastante lograda, ya que ahonda más allá de que la belleza está en el interior, si no que tiene bastante más chicha de lo que parece.

Por desgracia, está el fallo que antes he comentado: los personajes prácticamente no evolucionan, y la historia apenas avanza desde su comienzo. Si, tendrá 10 páginas, pero no deja de ser criticable. Por cierto, no se lo leáis a un niño pequeño pensando que será como la película de Disney, el tono es muchísimo más duro y el final es bastante distinto.

Nota: 7/10

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