lunes, 8 de diciembre de 2014

Crítica comiquera - Nijigahara Holograph


Inio Asano. Un tipo que no ha hecho nada extremadamente popular, pero que por cosas del destino, de pronto, mucha gente le adora. Había leído el primer número de Oyosumi Punpun, y aunque me pareció que tenía un dibujo bastante bueno, tampoco me pareció tan bueno como había leído por ahí. Pero ya que cierto individuo se puso tan pesado con el tal Asano, me decidí a buscar algo del susodicho, y me dispuse a leer lo más corto que encontraba: Nijigahara Holograph.

¿Por qué hablo de como he llegado a este cómic? Pues básicamente porque no sabía que esperarme, no sabía si era bueno, malo, pesado, entretenido, ni tan siquiera sabía de que iba. Solo sabía que su dibujo era bueno, y ya está. Y precisamente por ello me ha gustado tanto.


Hablar de lo que trata Nijigahara Holograph es difícil, ya que su historia es abstracta y difícil de entender, en ocasiones cuesta saber si lo que ves es metafórico, mágico, real, imaginario o incluso todo a la vez. Solo hay una cosa que me ha quedado clara: retrata la sociedad japonesa con unos niños pequeños y sus posteriores versiones de adultos, atormentados por un hecho deleznable que les ha condenado a ser unos bichos raros el resto de su vida. ¿Están todos locos? ¿Sólo uno de ellos? ¿Todo lo que vemos pasa realmente?

Tal vez en estas últimas preguntas hay un arma de doble filo: Nijigahara Holograph no es nada explicativo, hasta el límite de que estoy convencido de que Inio Asano omite mucha información deliberadamente con la única pretensión de incomodar al lector, como si lo que pasa en la propia historia no fuera extremadamente incómodo de por si. Tampoco ayuda para nada que hayan tantos personajes y salte continuamente entre ellos.


El dibujo es verdaderamente maravilloso, logra hacer que veamos imágenes poco iluminadas y mariposas que brillan en un dibujo en perfecto blanco y negro. Si expresar que algo brilla en páginas normales y corrientes a color ya de por sí es difícil, imaginaos en blanco y negro. Las expresiones, cuerpos, decorados, paisajes y demás también son geniales, hasta el límite de que prácticamente todas las viñetas son dignas de enmarcar y exponer en un museo.

Puedo entender que haya gente que no le guste de primeras, esta narración tan compleja combinada con un argumento tan duro requiere una gran implicación por parte del lector. Pero no me tiembla la voz al decir que este cómic es canela fina, una obra magnífica que recordaré para siempre y que leeré muchas veces más. Me alegra saber que Inio Asano solo tiene 34 años y aún le quedan mucho años más para darnos más maravillas como ésta.

Nota: 9'4/10


No hay comentarios:

Publicar un comentario