lunes, 28 de abril de 2014

Crítica cinéfila - Brick Mansions (La fortaleza)


Al contrario que muchos de mis colegas cinéfilos, yo no odio a Hollywood, es más, lo aprecio. De Hollywood han salido historias que de ninguna otra forma hubieran podido salir gracias a sus millones, y además, gracias a sus millones han llegado a millones de personas. Pero ese poder en la industria cinematográfica tiene un defecto: en Hollywood no son capaces de aceptar que fuera de sus fronteras se pueden hacer productos mejores con menos dinero, y por ello, en lugar de doblar al inglés las películas extranjeras, simplemente hacen un remake. Ejemplos hay a granel: Déjame entrar, Vanilla Sky, The Ring, Cisne Negro... o el caso que ahora nos ocupa: Distrito 13, llamado Brick Mansions en su versión americana, traducido como La fortaleza en España.

En lo personal, considero a Distrito 13 como una pequeña joya en el cine de acción: golpes y piruetas por doquier bien dirigidas y con la dosis justa de argumento como para que te importen los personajes. En la versión americana no han querido arriesgar, pues no solo el argumento es prácticamente calcado (a excepción de un personaje del que hablaré después), sino que muchísimas escenas son calcadas a la original, con mismos planos y mismos movimientos de los protagonistas. Diablos, si hasta el personaje que interpretaba David Belle en la versión francesa (famoso por ser uno de los padres del parkour) también lo interpreta en la americana.


El argumento no puede ser más simple: hay criminales en un sector concreto de Detroit, por lo que al gobierno no se le ocurre otra solución que levantar unos muros alrededor y encerrar ahí a sus habitantes, ya sean criminales o gente simplemente pobre. Un día, una banda de criminales roba un cargamento de armas, pero resulta que en ese cargamento de armas había una bomba, bomba que explotará si nadie la desconecta. Ahí aparecen Damian (Paul Walker) un policía infiltrado que intentará llegar a la bomba para desarmarla, y Lino (David Belle), un justiciero que quiere acabar con el crimen en Brick Mansions.

Por supuesto, los dos protagonistas serán unas auténticas máquinas de matar, y aunque las escenas de acción están muy bien rodadas, aquí viene el primer fallo: Paul Walker no tiene ni de lejos la habilidad física de David Belle (no entremos en chistes necrófilicos), por lo tanto, las escenas de peleas quedarán un poco cojas en comparación, más aún si tenemos en cuenta que en la película nos quieres mostrar que tienen un nivel de lucha prácticamente idéntico.


Aunque no lo parezca por la sinopsis, el argumento es una feroz crítica hacia el capitalismo y la diferencia entre los trabajadores y los ricos. En la película original estaba bastante logrado (sin ser ninguna obra maestra de los guiones), pero en Brick Mansions le han metido a un malo que no es tan malo, y por desgracia, aunque la idea era buena, no está bien resuelto. No diré nada para no destripar, pero me ha parecido muy cogido por pinzas.

Entonces, ¿qué me ha parecido Brick Mansions? La verdad, tenía unas expectativas bastante altas, y en lo que se respecta a la acción, se han visto cumplidas con creces, y teniendo en cuenta que se trata de una de las películas de acción más gamberras que he visto en mucho tiempo, estoy contento. No me habrá convencido del todo en lo que se respecta al resto de apartados (la banda sonora está fatalmente encajada por momentos, además de que muchos de los actores secundarios son infames), pero que duda cabe de que han sido unos 90 minutos muy divertidos.

Nota: 6'5/10


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