sábado, 10 de mayo de 2014

Crítica cinéfila - Snowpiercer (Rompenieves)


¿Cómo sería vuestra película perfecta? En mi caso, tendría un poco de crítica social, un entorno imaginario, acción, violencia, introspección de personajes, algún que otro monólogo filosófico sobre la vida, una sorpresa final y algo de humor para amenizar la función. Como os podréis imaginar por esta introducción, Snowpiercer cumple con todos estos requisitos.

Snowpiercer (llamada Rompenieves en España) nos propone lo siguiente: el mundo se ha congelado por culpa de unos experimentos, lo que ha ha provocado que la humanidad se metiera a la desesperada en un enorme tren que es autosostenible para la eternidad. En dicho tren, cada vagón es una clase social menos, y los de atrás (la clase baja), preparan una revolución para llegar hasta el motor para controlar a la sociedad desde la raíz, y de esa forma conseguir que haya justicia y que los malos paguen por sus maldades.


"Meh, eso lo he visto en cientos de películas, no es nada nuevo", pesarás. Pero tal y como dije hace un año con Stoker, lo importante no es lo que cuenta (hoy en día es difícil ver algo verdaderamente original), sino como lo cuenta.

Los momentos de acción nos meten dentro de la piel de los soldados, mostrando con crudeza la violencia de las revoluciones y el odio del pueblo. Los enfrentamientos son épicos, están bien rodados y se ven bien las hostias en todo momento (algo que por desgracia no es muy común en el cine de acción moderno). Cuando alguien inserta un hacha en otro alguien, no vemos violencia, vemos una explosión de rabia.

El guión es fantástico, siendo prácticamente cualquier diálogo un profundo juego de palabras para mostrarnos toda la historia que rodea tanto al tren como a los protagonistas, eclosionando en un final impactante, como poco.


Además de que Snowpiercer está muy bien ideada, muy bien escrita y muy bien dirigida, en el terreno audiovisual es todo un portento. No ha contado ni de lejos con el presupuesto de cualquier blockbuster veraniego, y aún así tiene una factura visual magnifica, no hablemos de cuestiones artísticas, en lo cual se saca la chorra, se restriega y se mea en la cara de cualquier otra superproducción americana (recordemos que Snowpiercer es coreana).

Es sorprendente la cantidad de rostros conocidos que vemos en el reparto, aunque para no arruinar la sorpresa de muchas apariciones estelares, solo nombraré a los dos protagonistas: Song Kang-ho y Chris Evans. El primero no es muy famoso pero ha salido en más de una película muy recomendable (a destacar Memories of Murder, todo un peliculón a reivindicar), pero el segundo si que es mucho más conocido por ser el Capitán América, lo que nos lleva al nombre que hay detrás de la película: el director.


Chris Evans en Capitán América era un soso, pero en Snowpiercer está majestuoso (ojo a cierto monólogo en el tramo final de la película), lo que solo deja una cosa clara: el trabajo de Bong Joon-ho en la dirección no solo es bueno en la escritura del guión, en el ritmo de la película y en las emocionantes escenas de acción; sino que también sabe hacer que los actores saquen lo mejor de si mismos, lo que se traduce en que es un director maravilloso. Viendo su filmografía tiene películas como la anteriormente mencionada (y recomendada) Memories of Murder y la popular The Host, lo que le convierte en un cineasta a tener muy en cuenta.

¿Snowpiercer es perfecta? Por desgracia no, ya que tiene alguna que otro pequeño agujero de guión (muy pequeño), alguna que otra sobrada en las escenas de acción y la música no tiene ningún tema especialmente épico, pero diablos, no me voy a poner exquisito, Snowpiercer no es solo una de las mejores películas de ciencia ficción del siglo XXI, sino una de las mejores películas del siglo XXI en general. Maravillosa.

Nota: 9'4/10


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