jueves, 21 de agosto de 2014

Crítica cinéfila - Cómo entrenar a tu dragón 2


Como entrenar a tu dragón me pareció una película trepidante, con muy buena banda sonora, genial en la parte técnica y entretenida; pero le veía dos fallos: que no hubiera violencia en una historia de vikingos contra dragones (aunque hay que decir que estaba bien resuelto, por muy extraño que fuera ver como un dragón del tamaño de una montaña no se cargaba ni a un simple humano), y el soso de su protagonista. Este segundo fallo es algo muy común en las películas de animación infantiles: para que puedan meter a personajes malignos y con una moral difusa, aunque sean los villanos, los estudios se ven obligados a hacer uso de protagonistas completamente blancos (en la escala moral, se entiende) para que las calificaciones por edad no les condenen al fracaso económico.

Pues bien, siguiendo esa máxima de "para hacer una secuela, hay que hacerla más grande y con más de todo", esos dos fallos que le veía a la película original se han visto claramente solventados en Como entrenar a tu dragón 2.


Como una muestra del pretendido chute de madurez que le han metido a la saga, sólo hay que ver el aspecto y comportamiento del protagonista: Hipo tiene barba, besa y agarra a su novia con sensualidad. Ahora la historia no trata de algo tan simple como un niño que no se encuentra cómodo en su entorno y al final resulta ser el más guay de todos, sino que toca temas como el maltrato animal, la necesidad de la guerra para mantener la paz o como distintas herramientas pueden ser letales en manos equivocadas. Resulta muy placentero ver como toca estos temas con la delicadeza que requiere una película para todos los públicos, pero de una manera crítica y coherente.

Aunque siga siendo una película claramente enfocada al público infantil y a la venta de merchandising (buscad dos dragones con el mismo diseño en un mimo plano), hay una clara intencionalidad a calar en el infante espectador, y ahí es donde le veo su punto débil: sus claras ínfulas elreyleonianas. Y no lo digo por cierta escena, que también, sino por todo ese aire a "si eres pequeño y ves varias veces esta película durante tu infancia, estas escenas se te quedaran grabadas en el cerebro para siempre". No estoy comparando a Cómo entrenar a tu dragón 2 con El rey león (ojala), pero no me cabe duda de que dentro de unos años será una película muy reverenciada por los veinteañeros.


Aunque diste de ser perfecta, Cómo entrenar a tu dragón 2 me ha parecido lo que una película de vikingos buenos cabalgando dragones contra vikingos malos que cazan dragones debe ser: trepidante, técnicamente apabullante, batallas con una dirección exquisita, personajes carismáticos y una banda sonora brutal. Muy recomendable.

Nota: 7/10

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