Los survival horror me parece un horror (je). Después de las aventuras gráficas, es el género que menos me gusta, empatando con los juegos de conducción. Hay tres razones para esto: la primera, que los historias de terror nunca me gustan (la típica mansión encantada, fantasmas por aquí, zombis por allá); la segunda, suelen tener una dificultad muy poco compensada (o son exageradamente difíciles para causar sensación de miedo, o son ridículamente fáciles para no perder jugadores potenciales); y la tercera y más importante, el control es una mierda. Si, será para transmitirnos que el protagonista no es ningún superhéroe, pero eso no justifica que se mueva como un robot con artrosis y que tengan esas cámaras más peligrosas que los propios enemigos.
Silent Hill 2 es el paradigma de los survival horror, todo lo que he dicho en el anterior párrafo se cumple a rajatabla en el susodicho videojuego. ¿por qué me gusta tanto entonces? Porque lo hace bien. Es incómodo de cojones, pero es así única y exclusivamente porque el ambiente del juego es incómodo, y que mejor forma de transmitirlo que con su manejo.
Además, la historia no tiene nada que ver con el miedo más clásico, si no que tiene un terror mucho más refinado, al estilo de películas como Cisne negro, El maquinista, La escalera de Jacob, 1408, El corazón del ángel o Carretera perdida. Es más, bebe mucho de las tres últimas películas. En lo que se refiere al argumento, puede que sea el juego más jodidamente complejo y que más requiere del jugador de los que he tenido el placer de probar.
Y para rematar, esa obra maestra que es la banda sonora, una de las mayores obras de arte musicales que el humano haya podido crear a lo largo de su existencia. Así da gusto jugar a un survival horror.
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