Aunque lo he leído con cierta rapidez, Tormenta de espadas es un libraco muy largo. 1.296 páginas, a las que hay que sumarles las 976 de Choque de reyes y las 778 de Juego de tronos. Como ya indiqué en la crítica de Choque de Reyes, leerse un libro de esta saga sin leer el anterior no tiene mucho sentido, ya que por su desarrollo se podría decir que en realidad estamos ante un libro muy largo, y no ante una saga literaria.
Por ello, y por la memoria que habrá que hacer continuamente para acordarse de todos los personajes, hechos y lugares, tenemos ante nosotros una lectura muy espesita, pero no por ello pesada. Como de costumbre, George R.R. Martin usa un lenguaje perfecto: nunca se pasa describiendo lo visual, nunca exagera con los momentos sentimentales, ni nunca tendremos la sensación de que lo que leemos es relleno (todo un logro teniendo en cuenta la cantidad de páginas de las que hablamos).
Los dos anteriores libros me parecían excelentes, casi perfectos, y este los ha superado. Los ha superado como solo los podía superar una saga de estas características: con golpes de guión que más que golpes, son derechazos del mismísimo Drederick Tatum. Normalmente se lee para cojer el sueño, pero este libro lo que proboca son ojeras por la falta de sueño.
Solo aviso de una cosa: no les cojáis demasiado cariño a los personajes. Y no creo que sea un Spoiler, al fin de al cabo el libro se llama Tormenta de espadas.
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Conclusión: Con toda probabilidad, junto a 1984 de George Orwell, el mejor libro que he leído nunca.
Nota: 9'8/10
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